martes, 3 de febrero de 2009

"PREVENIR ANTES QUE CURAR"

"Prevenir antes que curar" nos parece lógico y conveniente a todo el mundo, cuando se trata de nuestra salud o integridad física. Y unas buenas (o no tan buenas) relaciones personales ¿no tienen que ver con la salud? ("Esta hija mía me pone enfermo", "me estáis dando dolor de cabeza", "voy a acabar de los nervios",...)
Así como preferimos una actitud preventiva (buena alimentación, ejercicio físico, ambientes no contaminados,...) antes que visitar el ambulatorio para que nos receten antibióticos, antigripales y demás antis, con la educación nos sucede lo mismo. Antes que llegar a una situación sin retorno (conflictiva), donde de poco valen las recetas "milagrosas" de gente experta, preferimos actuar de manera que no se pueda dar esa situación. En algunos libros, a eso se le llama actuar proactivamente . Consiste en intervenir antes de que las situaciones degeneren en conflicto que, con un poco de atención, se podrían evitar. Lo contrario es funcionar de forma reactiva, es decir, reaccionando (en lugar de controlando) ante una situación ya límite, porque no nos queda más remedio, porque hay que hacer cumplir normas. Además, esta forma de "reaccionar" suele ir acompañada de un fuerte sentimiento de enfado que en poco ayuda a encontrar soluciones positivas.

Veamos otro ejemplo donde se muestra la diferencia entre un actuar reactivo y uno proactivo. Nos lo ofrece Miguel C. Martínez López en su libro "Cómo abordar los pequeños y grandes conflictos cotidianos". Yo me he permitido el atrevimiento de realizar algunas adaptaciones (la mayoría tienen que ver como siempre con un intento de acercar el texto lo más posible a una utilización del lenguaje de forma no sexista), pero el espíritu creo que se mantiene:


Está lloviendo y las criaturas van a pasar toda la tarde en casa. Tras un primer rato de tranquilidad donde todo el mundo lee y dibuja, la niña y el niño comienzan a saltar desde su cama. Desde lejos, la madre o el padre les grita que dejen de alborotar y se dediquen a algo tranquilo; cuando al rato comienzan a pelear por un juguete, la madre o el padre interviene separándoles, poniendo a cada criatura en una habitación. La niña y el niño piden que les dejen volver a juntarse y cuando se lo permiten, vuelven a saltar en la cama. Con mal humor la madre o el padre les dice que son inaguantables y les castiga sin...
Cada una de las acciones de la persona "adulta" son reactivas. Las criaturas llevan la iniciativa y madre y padre van por detás. ¿Qué haría una persona proactiva? Llevar la iniciativa. Sabe que toda una tarde en casa puede ser difícil, para ella y para las criaturas, así que planifica tiempos conjuntos y tiempos propios. Exige, pero también da.
Cuando las criaturas comienzan a saltar desde la cama interviene recordando que no se puede saltar y negociando un plan alternativo para la tarde. Primero hacer algo en grupo (jugar a un juego de mesa, hacer un puzzle, preparar unas galletas para merendar), luego un tiempo propio (para la madre, para el padre), a la vez que se les ofrece a las criaturas algunas alternativas aceptables que puedan hacer ellas solas. Si hay un rato en que no llueve propone un breve paseo entre los charcos con la familia bien pertrechada con botas de agua. Al final de la tarde rememorará las cosas que han hecho, mostrará su alegría por lo bien que lo han pasado funcionando así y tal vez decida toda la familia que el siguiente día que llueva en vez de galletas van a hacer una pizza.