En época de deseos, cuando nos toca hablar sobre nuestras criaturas, aunque dejamos entrever discretamente nuestras aspiraciones, terminamos casi siempre con la sentencia:
"Pero lo importante es que ella, que él, sea lo que quiera. Yo eso siempre lo respetaré".
¡Ay, nuestros deseos! Nuestros buenos deseos. ¿Sabemos realmente qué significa respetar lo que es cada persona (aunque esa persona sea "nuestra" hija, o "nuestro" hijo)?.
Antes de sumergirnos en mayores profundidades podemos hacer un pequeño (?) ejercicio de Consciencia:
Aprovechando que creemos que comienza algo (¿un año?) nos podemos animar a "comenzar" una nueva forma de observar nuestra relación familiar. ¿Cuántas veces me veo (sí, como si me estuviera viendo en una película) repitiendo a mi hija, a mi hijo, expresiones...
De estilo generalista, es decir, que le añades cualquier cosa; valen para todo:
-"Tienes que..."
-"No hagas eso..."; "Así no..."; "Deja, ya lo hago yo..."
-"Eres una..." "Eres un..."
Más concretas:
- "Esa ropa no..."; "Ponte esta otra..."
-"¡Cállate!" -"¡Contestame!"
-"Recoge..." "Guarda todo" -"Saca de ahí..."
-"¡Come! -"No comas (tanto, ahora,...)"
-"¡Muévete!" -"No te muevas..."
-"Ponte la ropa" -"Quítate esa ropa"
-"¡Más deprisa!" - "¡Más despacio!"
-"Duérmete" -"Despierta"
-"Ven" -"Vete"
-"Ahora sí" -"Ahora no"
-.......... (seguro que se te ocurren unas cuantas más)
Hasta llegar a una expresión que tal vez lo engloba todo:
"¡Estoy hasta.......(el moño, las narices, los...)!"
¡Ah!, eso sí. Todo lo redondeamos con un enorme ¡POR FAVOR!:
¡¡¡¡Cállate!!!!!..... por favor.
Mandamos (obligamos a realizar ) algo a alguien, pero a la vez "pedimos" que nos haga el favor de hacer algo (¿de verdad le estamos dando la opción de que decida si nos hace o no el favor?)
¿Podemos vernos así? ¿Representando ese papel? Sí, sí, el nuestro, no el de nuestras hijas y nuestros hijos. ¿Podemos ser conscientes solo por un momento, por este día (¿y el resto de la vida?), de las veces que le repetimos a una persona cómo debe ser? Ojo. Sin juicios. Sin bondades ni maldades. Es una peli donde no hay gente buena o mala. Simplemente sentarnos en la butaca de nuestra conciencia y vernos actuando, interpretando nuestro papel.
¿Podemos?¿Sí? Felicidades. ¿Quieres compartir el resultado de ese día de observación? Te lo agradecemos.
Ser consciente es el primer paso. Lo que tiene que llegar, llega.