Como tantos "papeles" o roles que se nos van imponiendo desde nuestra más tierna edad, la sociedad (¿qué es eso?) nos impone otro: el de ser madre, el de ser padre. Eso supone "ser algo" para lo que no se nos ha preparado con una carrera o master o cursos especializados. Y aun así, tenemos que "ser madres" o "ser padres". Pero como sentimos que no podemos cumplir bien con esa "profesión" para la que no se nos ha cualificado, nos sentimos mal, se nos crean sentimientos de culpabilidad.
No se nos permite SER, sin más, y poder convivir con otras personas (nuestras hijas y nuestros hijos) a quienes podamos permitir SER, sin obligarles a adquirir otra profesión: la de hija o hijo.
Esta situación neurótica -no poder SER y hacer como si fuera- nos lleva a obligar a nuestras criaturas a que aprendan comportamientos tan neuróticos como:
-Comer cuando no tienen hambre ("¡En casa siempre se come a las 12!") y no comer cuando tienen hambre ("¡No comas ahora que si no luego no comerás!");
-Dormir cuando no tienen sueño ("¡A las nueve a la cama!") y no dormir cuando tienen sueño ("¡A levantarse, que son las 7 y hay que prepararse para ir al cole!");
-Perdonarnos y querernos cada vez que les gritamos, pegamos, utilizamos como objetos de nuestra propiedad ("Ay, cariño perdona, con tanto estrés pierdo el control y al final la pago contigo") y no sentir la misma comprensión y afecto por nuestra parte cuando su comportamiento no es el que nos gusta ( y no escribo "cuando su comportamiento no es el correcto").
La lista puede ser extensa; cada cual puede hacer la suya. Ser conscientes es el primer paso antes de aprender. Porque sí podemos aprender. Pero teniendo en cuenta que entre quienes "enseñan" hay también mucha variedad, mucha interpretación.
Entonces, ¿cómo acertar? ¿A quién hacer caso? ¿A quien dice que tengamos a nuestra criatura llorando toda la noche para que aprenda a dormir (¡!) o a quien dice que le atendamos o incluso que podemos tenerla en nuestra cama?
En las ocasiones en las que se plantean dudas, algunas personas nos hemos guiado por una pista: ¿mi comportamiento está enraizado en el amor? ¿no hay rencor en mi acción? ¿no es una "reacción? ¿mi hija o mi hijo no me ven como a una persona enemiga, como a una sargenta, como a un sargento? ¿puedo seguir diciéndole en ese momento que le quiero? ¿puedo pensarlo?...
Cuestionarse todo esto es ser consciente. Y ser consciente es descubrir que existe otro modo de vivir la experiencia de acompañar en su proceso de SER a hijas e hijos que sólo desean la oportunidad de mostrarnos su amor constantemente... si se lo permitimos.
Thony de Mello en ´"La oración de la rana" nos regala esto:
Dice el poeta Kabir:
¿De qué le sirve a la persona sabia abstraerse en el estudio detallado de palabras sobre esto y lo de más allá, si su pecho no está empapado de amor?
¿De qué le sirve a la persona asceta vestirse con vistosos ropajes, si en su interior no hay colorido?
¿De qué te sirve limpiar tu comportamiento ético hasta sacarle brillo, si no hay música dentro de ti?
.......¿De qué nos sirve ser "madres perfectas", "padres perfectos", si nuestro pecho no está empapado de amor,no hay colorido ni música en nuestro interior?
7 comentarios:
Estoy contigo, lo más difícil y delicado y no hay enseñanza para ello.
Prestar atención a la vida nos lo puede ir enseñando mientras el mundo oficial de la educación va cambiando. Prestar atención a cosas como las que tú nos ofreces en tus blogs, llenas de colores, olores, sabores,... ¿te imaginas escuelas donde aprender fuera acompañarte por el campo, la ciudad, mirando, buscando un rincón, un encuadre? ¿o ayudarte en la cocina elaborando panes? ¿O compartir, pincel en mano, los sentimientos que afloran a través de colores alegres, tenues, vigorosos, suaves...? Sin enfados, por el placer de aprender... y disfrutar.
Atender a la vida...como es.
Un abrazo
Hola Luis: me interesan todas estas cosas de las que hablas, hoy no me puedo parar para escribir más extensamente de ellas, cuando vuelva lo haré.
Gracias por pasar por mis blog, no era mi intensión dejarte unas letras para que lo hicieras, solo me interesó lo que escribes.
Gracias de nuevo.
Hola Luis!! Has vuelto!!! Hacía muchísimo que te había perdido la "pista"!! ¿Qué tal estás? Por aquí estamos bien, pasando el día a día. Un beso!
Me emociana leer esta entrada. Al principio, con mi primer hijo, cometía el error de creerme todo lo que me decían: !no le cojas que se acostumbra!, !ahora tiene que comer! !no duermas con él!, etc...todo eso generaba en el bebé y en nosotros una gran ansiedad, la sociedad nos aparta de ellos desde que nacen, creo que es por la forma de vida que llevamos. Al poco tiempo decidimos utilizar nuestro instinto y dar a nuestro hijo lo que necesitaba, amor y protección. Con los pequeños ya teníamos más experiencia, aunque seguimos cometiendo errores.
Gracias por la ayuda que encontramos con lo que nos escribes.
Un abrazo
Hola Marian:
Yo también me alegro mucho de contactar otra vez contigo. Ya ves, además de las cosas de la vida, las dificultades "técnicas" me han dejado bastante aislado de este mundo virtual.
Pero quitando estas cosas, disfrutamos cada vez más de la vida y de las personas (lo que es una redundancia).Un beso de todo corazón para ti y toda la familia.
¡Oh, Mónica! A mí también me emociona leer tu comentario. Felicidades por vivir de forma consciente, por no "tragarlo" todo pensando "¿será así?". Felicidades por hacer caso a lo que sale de lo más profundo de vuestro ser. De ahí no puede salir nada malo. "Amor y protección" escribes. ¿Qué puede ser más importante que eso? Sí, podemos seguir cometiendo errores, pero si no se crean resentimientos ni odios, lo esencial se transmitirá y lo circunstancial pasará.
Un fuerte abrazo
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