miércoles, 2 de marzo de 2011

¿EDUCAR = DOMESTICAR? (II)

"El Encantador de perros" es un programa espectacular (en apariencia, claro). Consigue que animales totalmente fuera de control, se conviertan en dóciles y agradables. César Millán, -el encantador- parte de un principio básico: tratar a un perro, a una perra, como lo que es. Y se esfuerza por explicar a las personas dueñas de esos animales que su comportamiento neurótico al tratarles como si fueran otra cosa, es la causa del comportamiento neurótico del animal.
Luego dedica mucho esfuerzo a "corregir los malos hábitos" (automatismos) sustituyéndolos por otros correctos, hasta conseguir una perra, un perro, dócil, que transmita tranquilidad y sea una buena compañía.
¿Y Supernnany? En apariencia otra vez, su forma de actuar se parece mucho a lo escrito arriba. Incluso podríamos transcribir las mismas palabras: ...dedica mucho esfuerzo a "corregir los malos hábitos" (automatismos) sustituyéndolos por otros correctos, hasta conseguir una.... ¡eeeh!
¡Ay! Aquí parece que nos encontramos con algo que no nos encaja demasiado. ¿Es posible que con esa "pedagogías" actuemos igual con un animal que ...con una persona? ¿Podría ser que si no somos conscientes, es decir, sin darnos cuenta, nuestros esfuerzos se encaminen a conseguir una niña, un niño,... dócil, que no moleste, que haga lo que queremos que haga? Y después, claro, le acariciaríamos el lomo y le diríamos cuánto le queremos... mientras se comporte así.
César Millán repite una y otra vez que una perra, un perro, no es una persona. Y que mientras no se tenga eso en cuenta se producirán comportamientos neuróticos.
... Y viceversa, añadimos, ¿no? Una persona, una niña, un niño, no es un animal. Y más aún: no tiene ni dueña ni dueño. No pertenece a nadie.Y mientras no se tenga eso en cuenta se producirán comportamientos neuróticos.
Tratar a un perro como a un perro, a una gata como a una gata,... a una persona como a una persona, parece fácil, ¿verdad? Sin embargo, en la escuela, en la sociedad, es como si hubiera un empeño en hacerlo difícil. Y por eso, a veces, nos asaltan las dudas: ¿queremos eso? ¿queremos en nuestra vida una niña, un niño, aceptando su Ser, todo su Ser, lo que Es... o necesitamos más bien algo como un animal dócil, que nos haga compañía, no nos lleve la contraria, se deje acariciar cuando nos plazca y se aleje sin protestar cuando no tenemos un buen día?

4 comentarios:

Marinela dijo...

Siempre he dicho que los animales tienen su sitio, nunca deben de ocupar el de las personas. Para las que viven solas, es bueno, les dan compañía y le motivan para salir y relacionarse con otras.
¿Cree que los niños de hoy son más felices que los de otras generaciones?
Tienen muchos derechos que yo apoyo, pero falta uno, el derecho de aprender a ser padres y educadores a la vez. Eso no se enseña en las escuelas, lo aprendemos de los nuestros de lo que vemos en nuestra casa, unos con más suerte y otros con menos.

Saludos.

Luis Cerron dijo...

La compañía de muchos animales es un auténtico regalo para las personas que tienen la suerte de disfrutar de su presencia.
En cuanto a tu interesante pregunta:¿las niñas y los niños son más felices hoy que en otras épocas? No lo sé. La felicidad tiene que ver con que se nos permita SER.Pero no ser de una manera concreta, como quiere nuestra madre o nuestro padre, o como dicen en la escuela que hay que ser. Nacemos con todo lo necesario para SER y por lo tanto para vivir felices. Pero, a los pocos años,tras imponernos de forma inconsciente la necesidad de cumplir con una imagen determinada, nos volvemos grandes artistas de la actuación, haciendo creer a la gente que somos lo que no somos. Esto es agotador y crea mucha tensión (que luego sale como puede en forma de estallidos bruscos de ira, ansiedad,...). Eso es lo que he visto en mi vida y en la mayoría de la gente que conozco de otras generaciones y de la actual. ¿Qué te parece a ti?
Un abrazo.

neko dijo...

hombre, no es educar hasta el punto de volver "dócil", yo creo que se trata mas bien de evitar problemas del comportamiento futuros.
Creo que cuando vemos a un niño consentido pillarse berrinches y tirarse al suelo pataleando nadie piensa que el niño está siendo si mismo, simple y llanamente sus padres están haciendo algo bastante mal.
Resumen, hay que educar a los padres en primer lugar, que ya hay demasiados padres que han tenido hijos por no tener nada mejor que hacer.

Luis dijo...

Agradeciendo tu comentario, me permito, Neko, utilizarlo para introducir alguna cuestión más. Parto de estar de acuerdo en que cuando "cualquier" persona se está tirando por el suelo y pataleando es cualquier cosa menos ella misma. Pero,...¿sabemos qué ha sido lo que ha motivado llegar hasta esa situación? Y no me refiero al momento concreto. ¿Sabemos cuál ha sido el comportamiento que, usando el ejemplo que nos ofreces, ese niño ha tenido que aprender hasta llegar a encontrarse en esa situación?
Y más aún; ¿qué entendemos cuando decimos que es un "niño consentido"? Si lo relacionamos con que madre y padre están haciendo algo bastante mal,¿sabemos qué es ese algo? Esa madre y ese padre, seguramente no querrán ningún mal para su hijo, pero, ¿desconocen qué es ese algo que hacen mal? ¿cómo pueden saberlo?
Son bastantes preguntas, ¿verdad? ¿Viene bien cuestionarse todo esto?
Seguro que también hay múltiples respuestas.
Gracias por compartir, Neko.