martes, 29 de abril de 2008

¿OÍR O ESCUCHAR?



Uno de los principios más importantes y difíciles de todo el proceso comunicativo es el saber escuchar. La falta de comunicación se debe en gran parte a que no se sabe escuchar. Se está más tiempo pendiente de lo que vamos a decir y así se pierde la esencia de la comunicación, que es poner en común, compartir. Pensamos que se escucha de forma automática, pero no es así. Escuchar de forma comunicativa exige un esfuerzo superior al de percibir sonidos e incluso al de hablar.

La escucha activa significa escuchar y entender la comunicación desde el punto de vista de quien habla.

¿Cuál es la diferencia entre el oír y el escuchar?

Oír es simplemente percibir vibraciones de sonido. Mientras que escuchar es entender, comprender o dar sentido a lo que se oye. Por eso, la escucha efectiva debe ser algo activo, no pasivo.

La escucha activa se refiere a la habilidad de escuchar no sólo lo que la otra persona está expresando directamente, sino también los sentimientos, ideas o pensamientos que están por debajo de lo que se está diciendo.

Para llegar a entender a alguien se precisa cierta empatía, es decir, saber ponerse en el lugar de la otra persona.

Para lograr una verdadera escucha activa es necesaria una disposición interior: hay que prepararse para escuchar. Luego observar. identificar el contenido de lo que dice la otra persona, sus objetivos y sentimientos. Y expresar que le escuchamos, comunicándonos de forma verbal ( “ya veo”, “ummm”, “ah”,...) y de forma no verbal (mirándole a los ojos, con gestos, inclinando el cuerpo,...)

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