martes, 21 de diciembre de 2010

¿"ASÍ DEBERÍA SER EL AMOR VERDADERO"?


Lo siento, le he cogido gustillo a esto de aprovecharme de lo escrito por otras personas. Qué le vamos a hacer. Tras leer la anterior entrada, me tienta otro fragmento del libro "Libertad", de Osho. En esta ocasión me ha asaltado la duda: ¿será demasiado atrevido para quienes lo lean? Desde luego no es para cualquiera... pero, a estas alturas, las personas que sigan leyendo las aportaciones de este blog seguro que han dado un paso más allá de lo que "la tradición" nos quiere imponer.
Imaginaos que en lugar de Osho a su padre, lo que vais a leer es de una persona adolescente a su padre... o a su madre... vamos, de tu hija o de tu hijo, a ti.

Era una lucha constante con mi padre. Era un hombre muy cariñoso, muy comprensivo, sin embargo, solía decir:
´Tienes que hacerlo´.
Y mi respuesta era siempre: ´No puedes decirme: "Tienes que hacerlo"; solo puedes proponerme: "Si quieres, puedes hacerlo; si no quieres, eres libre". Tiene que ser básicamente mi decisión, no la tuya. Soy obediente a la verdad, a la libertad. Puedo sacrificarlo todo por la verdad, por la libertad, por el amor, pero no por ninguna esclavitud. Tus "deberías" apestan a esclavitud´.
Pronto comprendió que no soy ni de los obedientes ni de los desobedientes:
-No estoy diciendo: ´No lo haré´,
simplemente digo: ´Retira tu "deberías". Dame espacio para decidir si quiero decir sí o no, y no te sientas ofendido si digo no.
Es mi vida, tengo que vivirla, y tengo todo el derecho a vivirla a mi manera. Tú tienes mucha experiencia; puedes sugerir, pero no voy a aceptar órdenes de nadie. Cueste lo que cueste, no importa cuáles sean las consecuencias, no voy a aceptar que nadie me dé órdenes´.
Y poco a poco dejó su ´deberías´. Empezó a decir: ´Hay este problema. Si te parece, puedes ayudarme; si no tienes ganas de ayudarme, es tu decisión´.
Yo comentaba: "Así debería ser el amor verdadero".


¿Es posible tener una relación así? ¿Os parece peligroso? ¿A cuántas chicas y a cuántoschicos les gustaría poder repetir esas palabras en voz alta en sus casas? ¡Cuántas chicas y cuántos chicos me las han dicho a mí porque no se atrevían a decirlas en casa! Más aún, ¿no las has pensado (solo pensar, porque decirlas estaba prohibido) tú alguna vez? Yo sí, por supuesto.
¿Te gustaría vivir sin "deberías" y con más confianza en el "poder" (empoderamiento) de todas las personas que comparten tu vida?


viernes, 19 de noviembre de 2010

¿Y EL AMOR?

¿Amamos a nuestras hijas, a nuestros hijos?
-¡¡Por supuesto!!! Respondemos rápidamente con un cierto tono de indignación. La duda ofende.
Sí, pero, cuando decimos que amamos, ¿en qué estamos pensando exactamente? ¿qué es eso del Amor? Ante esta pregunta, es posible que nuestra respuesta ahora no sea tan rápida como la primera.
Ante la pregunta ¿qué es el Amor? nos sucede como con la de ¿quién soy yo?: es más fácil buscar por el lado contrario: ¿qué no es Amor? (y la otra: ¿qué no soy yo?)
Sobre lo que no es Amor tenemos montones de ejemplos (solo hay que fijarse en nuestros comportamientos inconscientes). Siguiendo la inercia de las últimas entradas, me aprovecho de un fragmento del libro de Jorge Lomar "La Inteligencia del Amor" donde pone al descubierto distintos falsos amores que sin embargo en muchas ocasiones los consideramos verdaderos porque así nos lo han transmitido: amor condicionado, amor romántico, amor mercantilista, amor efímero, amor proteccionista, amor sacrificado,...

Del AMOR CONDICIONADO escribe:

Es el apego adictivo aprendido en la familia y en el caldo cultural ..... Nuestros padres (nuestras madres), ......... nos mostraron formas distorsionadas de amar que a su vez, ellos (ellas) habían aprendido... Es el amor desde el temor.
Si haces lo que yo quiero, te amo. Si no lo haces, no te amo. El premio y castigo se ha llevado a cada rincón de nuestra relación social: familia, pareja, educación, empresa, gobierno, leyes, etc. Todo refleja el amor condicionado en nuestros códigos sociales. El mérito, el reconocimiento, la apreciación exterior es el sentido social de la palabra "éxito" ..........
El pseudoamor basado en la manipulación , ..... tiene como objetivo ...... el modelado de personalidades "correctas" para el sistema social imperante. Este amor no se fundamenta en la libertad, sino que la teme. Este amor se basa en que temas perderlo, para así poder controlarte......... se basa en el temor.
....

El temor a perder la aceptación y el amor, hace que los seres humanos olviden su creatividad, su libertad y su expresión primigenia. En su defecto nos dedicamos principalmente a seguir el juego social para mendigar migajas de reconocimiento externo.
Este modelo de "amor", basado en el temor, genera el sistema de pensamiento que produce los celos, la posesividad, la dependencia, la infravaloración, la separación sexista, etc.


¿Te suena? ¿Reconoces algo de eso a tu alrededor?

miércoles, 4 de agosto de 2010

MATERNIDAD Y PATERNIDAD: ¿PAPEL O FUNCIÓN?

Releyendo la entrada del papel de madre y padre he recordado lo que escribió Eckhart Tolle al respecto. Con algunas adaptaciones que me permito respecto al uso no sexista del lenguaje, más o menos viene a decir:

"Muchas personas representan papeles cuando hablan con niñas y niños. Utilizan palabras y sonidos tontos. Les hablan con aires de superioridad, desde arriba. No les tratan como a iguales. El hecho de que por, el momento, sepas más o seas más grande no significa que no sean tus iguales. La mayoría de las personas, en algún momento de su vida, se encuentra con que es madre o padre, uno de los papeles más universales. La cuestión más importante es: ¿eres capaz de cumplir la función de madre o padre y cumplirla bien, sin identificarte con esa función, es decir, sin que se convierta en un papel? Parte de la función necesaria de madres y padres es atender las necesidades de las criaturas, evitando que se metan en peligros y,a veces , diciéndoles lo que tienen o no tienen que hacer. Pero cuando ser madre o padre se convierte en una identidad, cuando tu sentido del yo se basa totalmente o en gran medida en ello, la función se sobreactúa, se vuelve exagerada y se apodera de ti. Dar a las criaturas más de lo que necesitan, excediéndonos, se convierte en malcriarlas. Evitar que corran peligros (absolutamente ningún peligro) se convierte en una sobreprotección que resulta perjudicial para su necesidad de explorar el mundo y probar las cosas por ellas mismas. Decirles lo que deben o no deben hacer se convierte en control absoluto, en opresión."

Una función es un servicio que hacemos a otras personas. Identificarnos con un papel es creer que somos eso.

¿Realizamos bien nuestra función de ayudar en el proceso de crecimiento de nuestras criaturas? ¿O cumplimos un papel, nos lo creemos y no podemos abandonarlo nunca?

Hace años desde la psicología, alguien puso de moda- y algunas personas lo adoptaron como argumento para mantener ciertas formas de actuar- la idea de que madres y padres no deben tener relaciones de amistad con sus hijas e hijos:

-"Yo no soy su amiga/o", se oye de vez en cuando. Para a continuación poder defender su "derecho" en nombre de su "papel" de madre o padre a ejercer la autoridad sin tener en cuenta lo que sientan o piensen esas personas de menos años.

¿Nos identificamos con ese papel?

domingo, 4 de julio de 2010

IMPARCIALIDAD


Leyendo el "Tao Te Ching" (El Libro del Tao), me he detenido en un fragmento
que curiosamente parece escrito para quien se dedique a la Mediación
(sea a través de la Psicopedagogía, abogacía,...) tanto de familias como de cualquier otra relación entre personas donde pueda darse algún tipo de conflictos. Escrito hace más de dos mil quinientos años sigue teniendo la misma fuerza. No sólo aplicable entre personas adultas. Como indicábamos en la entrada del "papel" de madre y padre, hay quienes utilizamos unas preguntas para "interrogar-nos" sobre nuestra actitud ante nuestras criaturas. Lao-Tse nos ofrece algunas más.
Un texto tan profundo como el que aparece a continuación, ¿puede servirnos para intervenir ante las dificultades cotidianas de relación entre nuestras criaturas y familiares en general?

¿Puedes mediar entre asuntos emocionales sin tomar partido ni escoger una parte favorita?
¿Puedes respirar libremente y mantener la relajación, aun en presencia de temores y deseos?
¿Has aclarado tus propios conflictos? ¿Has limpiado tu propia casa?
¿Puedes ser amable con todos los bandos y dirigir al grupo sin dominarlo?
¿Puedes permanecer en actitud abierta y receptiva ante cualquier tema que surja?
¿Puedes mantener tu paz cuando has hallado la solución y el resto aún lucha por descubrirla?
Aprende a mandar como quien da un alimento.
Aprende a mandar sin posesividad.
Aprende a ayudar sin que se note.
Aprende a mandar sin sujetar (reprimir).
Todo esto lo puedes hacer si permaneces imparcial, con lucidez y con los pies en la tierra.
(Lao-Tse)

Casi nada.





viernes, 2 de julio de 2010

AGRADEZCO UNA VEZ MÁS... Y ME GUSTA

Otra vez vuelve a suceder. Los problemas tecnológicos me tenían totalmente bloqueado. Y el otro día se nos pasó por la cabeza: "¿no es Jon un erudito, un fuera de serie, un Einstein de la informática?". Había que recurrir a él. Y en una de esas comidas espectaculares que nos ofrecen nuestras amistades cuando sufren una metamorfosis al estilo de LA PATRULLA X convirtiéndose en un equipo gastronómico cinco estrellas capitaneado por maese Juan con Jon , Virgi y Conchi, cerramos el trato. Os invitamos a comer y nos arreglas el estropicio. Vale, trato hecho.
Al turrón. Comemos. Recuerdo lo que el día del trato sentenció nuestro erudito particular:
"No me preguntes: ¿lo puedes arreglar? Dime qué quieres que te arregle".
Potente, ¿verdad?
Bueno, pues en este caso, la expresioncita no tenía nada de exagerada. Pim-pam, pim-pam, cuatro golpetazos a las teclas y por arte de birli-birloque iban sucediéndose las ventanas, descubriendo pasadizos secretos que ¡zas! de repente mostraron como salida de una bola de cristal la añorada y hasta entonces perdida información. Y aún le quedaron ganas para hacer un retoquecito por aquí, otro por allá,... vamos, que al final tuve que separarle del ordenador a rastras.

"Déjate ayudar, Luis, déjate servir", me dice a veces.
Pues ya ves que me dejo, Jon, y ya ves que me encanta agradecerlo, agradecértelo.
Eskerrik asko.
Un abrazo

jueves, 17 de junio de 2010

SIGO CON PROBLEMAS TÉCNICOS

Continúan sucediendo cosas que no controlo. La última, desaparecer todo lo que había en la columna de la derecha, quedando esa especie de índice de entradas. Sigo dedicando horas de investigación y buscando a alguien que me lo pueda solucionar. ¡Así son las cosas!

miércoles, 9 de junio de 2010

¿"Papel" de madre o de padre?

Como tantos "papeles" o roles que se nos van imponiendo desde nuestra más tierna edad, la sociedad (¿qué es eso?) nos impone otro: el de ser madre, el de ser padre. Eso supone "ser algo" para lo que no se nos ha preparado con una carrera o master o cursos especializados. Y aun así, tenemos que "ser madres" o "ser padres". Pero como sentimos que no podemos cumplir bien con esa "profesión" para la que no se nos ha cualificado, nos sentimos mal, se nos crean sentimientos de culpabilidad.

No se nos permite SER, sin más, y poder convivir con otras personas (nuestras hijas y nuestros hijos) a quienes podamos permitir SER, sin obligarles a adquirir otra profesión: la de hija o hijo.

Esta situación neurótica -no poder SER y hacer como si fuera- nos lleva a obligar a nuestras criaturas a que aprendan comportamientos tan neuróticos como:

-Comer cuando no tienen hambre ("¡En casa siempre se come a las 12!") y no comer cuando tienen hambre ("¡No comas ahora que si no luego no comerás!");

-Dormir cuando no tienen sueño ("¡A las nueve a la cama!") y no dormir cuando tienen sueño ("¡A levantarse, que son las 7 y hay que prepararse para ir al cole!");

-Perdonarnos y querernos cada vez que les gritamos, pegamos, utilizamos como objetos de nuestra propiedad ("Ay, cariño perdona, con tanto estrés pierdo el control y al final la pago contigo") y no sentir la misma comprensión y afecto por nuestra parte cuando su comportamiento no es el que nos gusta ( y no escribo "cuando su comportamiento no es el correcto").

La lista puede ser extensa; cada cual puede hacer la suya. Ser conscientes es el primer paso antes de aprender. Porque sí podemos aprender. Pero teniendo en cuenta que entre quienes "enseñan" hay también mucha variedad, mucha interpretación.

Entonces, ¿cómo acertar? ¿A quién hacer caso? ¿A quien dice que tengamos a nuestra criatura llorando toda la noche para que aprenda a dormir (¡!) o a quien dice que le atendamos o incluso que podemos tenerla en nuestra cama?

En las ocasiones en las que se plantean dudas, algunas personas nos hemos guiado por una pista: ¿mi comportamiento está enraizado en el amor? ¿no hay rencor en mi acción? ¿no es una "reacción? ¿mi hija o mi hijo no me ven como a una persona enemiga, como a una sargenta, como a un sargento? ¿puedo seguir diciéndole en ese momento que le quiero? ¿puedo pensarlo?...

Cuestionarse todo esto es ser consciente. Y ser consciente es descubrir que existe otro modo de vivir la experiencia de acompañar en su proceso de SER a hijas e hijos que sólo desean la oportunidad de mostrarnos su amor constantemente... si se lo permitimos.

Thony de Mello en ´"La oración de la rana" nos regala esto:

Dice el poeta Kabir:

¿De qué le sirve a la persona sabia abstraerse en el estudio detallado de palabras sobre esto y lo de más allá, si su pecho no está empapado de amor?

¿De qué le sirve a la persona asceta vestirse con vistosos ropajes, si en su interior no hay colorido?

¿De qué te sirve limpiar tu comportamiento ético hasta sacarle brillo, si no hay música dentro de ti?

.......¿De qué nos sirve ser "madres perfectas", "padres perfectos", si nuestro pecho no está empapado de amor,no hay colorido ni música en nuestro interior?

martes, 8 de junio de 2010

AGRADECIMIENTO

Lo prometido es deuda. No domino el mundo de la informática. Y cuando surge algún problema que no sé solucionar, pido la ayuda de quien sabe. Como en esta ocasión. Y aunque parecía que esta vez la cosa estaba mal, de repente, apareció la respuesta. Muchas gracias Irene por tu atención y esfuerzo. Un fuerte abrazo.

viernes, 4 de junio de 2010

¡¡¡PROBLEMAS TÉCNICOS!!!

Llevo días de pelea en este mundo virtual en el que mis armas son escasas. Aunque increíblemente he conseguido entrar en estos momentos (no me preguntéis por qué), desde el lunes llevo no sé cuántas horas pegado al ordenador sin conseguir acceder a la edición del blog. Esta entrada es sólo para comunicar(antes de que vuelva a perder el contacto) que la única solución que me queda en opinión de la Ayuda Técnica Oficial es crear otro blog con alguna letra cambiada en el título, a donde pueda dirigirse la gente interesada. Si esto sucediera, haría una entrada en Comentarios (en donde puedo acceder como cualquier otra persona)en la que indicaría la nueva dirección del blog.

Es curioso. Si antes menciono el hecho de la imposibilidad de transmitir con palabras la verdad....
Un abrazo muy fuerte y hasta que nos podamos seguir conectando "mediante palabras" (espero que pronto).

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lunes, 31 de mayo de 2010

¡¡¡DECÍAMOS AYER...!!!

Se dice que Fray Luis de León, cada día comenzaba sus clases en la universidad recapitulando lo tratado el día anterior. Sus primeras palabras eran: "Decíamos ayer...". Se dice también (se dicen tantas cosas), que tras estar encarcelado durante cinco años por una acusación que al final se demostró falsa, su primera clase, de vuelta ya a su puesto en la universidad, fue: "Decíamos ayer..."
Así, como si nada hubiera pasado. Recapituló y siguió hablando.
La última entrada de este blog fue hace un año y casi tres meses. Como una condena. Condenado a no escribir. No porque no pasaran cosas, sino porque lo pasado no puede expresarse. No al menos con palabras. Podría parecer trágico (a mí a estas alturas me parece cómico) tras haber ejercido como profesor de Didáctica de la Lengua y la Literatura en la universidad, el hecho de reconocer que el lenguaje es un instrumento limitado; que nunca podrá expresar lo que realmente queremos transmitir. De ahí la cantidad de situaciones problemáticas que se generan sólo "porque no nos entendemos".
Dice Miguel Ruiz, el autor de Los Cuatro Acuerdos, que para conocer la verdad tenemos que experimentarla, pero que no es posible expresar la verdad con palabras. Según él, y yo al final he tenido que estar de acuerdo en esto, tan pronto como empezamos a hablar sobre la verdad, tan pronto como la expresamos con palabras, deja de ser verdad. La verdad solo podemos experimentarla, sentirla. Si intentamos elaborarla con palabras, sólo conseguimos una historia, que sólo es verdadera para quien la crea. Y cada persona crea su historia.
Experimentar la verdad te deja sin palabras. Curioso, ¿no? En nuestra sociedad parece que eso carece de sentido. Quien cree estar en posesión de la verdad, se empeña en defenderla... sin parar de hablar. Si nos fijamos en la clase política... en las tertulias de radio y televisión... en nuestras conversaciones... en los sermones a nuestras criaturas... No podemos estar en silencio. Tenemos que proclamar la verdad... nuestra verdad.
A comienzos del segundo cuatrimestre de este curso, se me propuso utilizar unas horas de clase de la asignatura de Didáctica de la Lengua en la Escuela de Magisterio de Bilbo para tratar el tema de la igualdad de género.Yo planteé hacerlo en formato taller, en vez de charlas de una persona "experta". Se llevó a cabo y por los comentarios que el alumnado escribió posteriormente, fue un rotundo éxito. ¿El secreto? La participación de todo el mundo. La dinámica de trabajo en grupos donde cada cuál pudiera exponer sus vivencias, opiniones,...
Mi parte consistió en organizar, dar alguna que otra pista y sobre todo ESCUCHAR. Difícilmente habría logrado con varias horas de "monólogo especializado" la mitad de lo que entre todos los grupos analizaron y dejaron escrito en grandes papeles pegados a la pared.

Alguien dijo que no hay personas educadoras, sino personas que cuentan lo que han puesto en práctica intentando educar a otras personas.
¿Qué hacemos con la psicopedagogía? ¿Qué hacemos con los "papeles" de madre y padre? Eso se pregunta diariamente mucha gente (en la siguiente entrada lo comentaremos). ¿Cómo puedo acertar?
Sólo podemos contar nuestra historia. Y esa historia es verdad para cada cual. Si aceptamos que hijas e hijos puedan contar su historia, posiblemente hablaremos menos, sentiremos más... y habrá más paz en nuestras vidas... esa al menos es la historia que yo puedo contar.